No es novedad la caótica situación en materia de seguridad que se vive en México a raíz de los distintos carteles del narcotráfico que desde años atrás se asentaron en todo el país centroamericano. Durante los últimos días, mientras el Papa Francisco visita ciudades sumamente inseguras y dominadas por el narcotráfico, como Juárez, Chiapas y D.F, centenares de efectivos de la policía y el ejército fueron movilizados para proteger al sumo pontífice.
Pero el traslado de efectivos a distintas ciudades dejá a otras prácticamente liberadas. Tal es así que desde la llegada de Francisco a tierras aztecas, el narcotráfico se cobró la vida de 23 personas. Tal es el caso de la turística ciudad de Acapulco.
"En la jornada de ayer el narcotráfico asesinó a una decena de personas en nuestras playas, frente a los ojos de turistas de todo el mundo. La mayoría de nuestro personal y el de gendarmería fue retirado de nuestra ciudad para que velen por la seguridad del Sumo Pontífice. Cuando su gira termine, esas fuerzas volverán a Acapulco", sostiene el Jefe de Policía de la ciudad sureña.
Si bien hoy concluye la gira del Papa en México después de cinco días, cabe remarcar el costo en materia de vidas, bélico y económico que desplegó el gobierno de Enrique Peña Nieto, que no hace más que profundizar la pobre situación que atraviesa México en estos días.
Si bien la visita del Papa fue realizada con el fin de intentar frenar la escalada de violencia que se vive día a día en tierras aztecas, el costo parece ser a priori, mucho mayor que las ganancias que deja su visita.
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