miércoles, 21 de noviembre de 2012

Atentado y muerte en Afganistán

Un nuevo ataque contra la región diplomática de la capital afgana, Kabul, terminó con siete víctimas mortales y dos heridos de gravedad. Entre los muertos se encuentran cinco civiles y dos guardias de seguridad afganos.
Alrededor de las 23:50 hora local de ayer, dos hombres con chalecos bomba se dirigieron a la región de la capital con el fin de inmolarse. Uno lo logró, mientras que el otro fue abatido antes de lograr su cometido.
Al momento de la explosión las sirenas comenzaron a sonar alertando a los 2500 soldados de la OTAN que se encuentran en esa zona y que residen allí con el único fin de custodiar las embajadas de Estados Unidos y Gran Bretaña. A su vez en el mismo lugar se encuentra la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad Afgana (ISAF), que tiene como fin entrenar a las fuerzas policiales y militares locales para que la seguridad del país quede a su cargo cuando las fuerzas de occidente abandonen Medio Oriente.
El portavoz del Ministerio del Interior afgano, Najib Danesh, afirmó: “El terrorista suicida se ha inmolado frente al complejo, en la región conocida como Camp Eggers. Dos guardias murieron, mientras que otros dos resultaron con heridas graves”.
Los ataques se perpetuaron un día después que el presidente francés, Francois Hollande, anunciara la retirada de las tropas de su país que se encuentran en Afganistán desde hace 10 años. El mandatario afirmó que la misión de detener al terrorismo y a Al Qaeda ya ha terminado y que solo permanecerán en Medio Oriente unos 500 efectivos destinados al entrenamiento militar de las fuerzas afganas.
El ataque fue adjudicado por el portavoz del grupo talibán, Zabihulá Mujahid.
El ataque revivió la tensión en Afganistán, por lo que resta ver la reacción de la OTAN y las medidas que tomarán al respecto.




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