miércoles, 4 de septiembre de 2013

Todas las horas cuentan en Siria


Los ojos del mundo siguen puestos en Siria, algunos rezan para que no comience un nuevo conflicto bélico y otros pugnan porque Estados Unidos logre erradicar otra dictadura de Medio Oriente. Desde el comienzo del conflicto en el 2011, la guerra civil que azota a Siria ya se cobró la vida de miles de personas e hizo que emigren más de dos millones de habitantes.

Pero fue recién durante el último mes cuando desde la Casa Blanca denunciaron que el régimen dictatorial de Bashar Al-Assad, utilizó armas químicas contra la población civil. La comitiva enviada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ratificó esa idea, pero todavía no elaboró su informe final. Pese a esto el presidente, Barack Obama, ya ubicó varios destructores en las costas de Siria que amenazan con bombardear en cualquier momento el territorio.

El mandatario, ante las críticas de la población mundial, se pronunció: "Esto no es Irak, esto no es Afganistán. El ataque será una respuesta que mandará un mensaje claro de que hay consecuencias. No sólo al régimen de Assad sino también a otros países que puedan estar interesados en poner a prueba algunas de las normas internacionales".

Si bien declaró que solo será un ataque limitado y sin intervención militar territorial, las críticas no son buenas. Dos de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Rusia y China, se opusieron tajantemente a un ataque contra su aliado en la región. A  pesar de estar en contra el presidente ruso, Vladimir Putín, y su par chino, Xi Jinping, afirmaron que no tomarán represalias contra quien inicie el ataque.
            Por otro lado la comunidad internacional teme que el dictador sirio pueda tomar represalias contra los aliados de Estados Unidos en la región. Informes satelitales demostraron que las fuerzas armadas del régimen cuentan con más de 250 mil soldados y una fuerza aérea de más de 400 aviones, sin contar que poseen la mejor defensa antiaérea de la región.

Estas fuerzas podrían ser dirigidas hacia Turquía e Israel, países vecinos y que son puntos estratégicos del país norteamericano en la región. A su vez varios profesionales no descartan que Al-Assad vuelva a utilizar armas químicas contra su población, como represalia a los ataques que reciba de Estados Unidos.

Otra teoría afirma que de producirse el bombardeo sobre Siria, su aliado más próximo, Irán, no dudaría en intervenir militarmente y atacar también a los aliados de Estados Unidos, principalmente a Israel. Pero si el mandatario del partido demócrata, decidiese no atacar, pero si proveer armas a la resistencia no haría más que acelerar las matanzas internas.

Solo resta esperar el paso de las horas para ver qué será del futuro del país y por sobre todo de sus habitantes.


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