¿El adiós a Gran Bretaña?

Gran Bretaña es hoy por hoy una de las mayores potencias económicas dentro del bloque de la Unión Europea. Tal es su magnitud que la mayoría de los inmigrantes que escapan de la violencia en Siria elijen principalmente a la isla como destino donde vivir, después de países como Alemania y Holanda. Sacudida por esta masiva ola inmigratoria, junto al caos generado por la crisis que se suscita desde el 2008, los británicos decidieron realizar un reférendum para decidir si siguen dentro de la Unión Europea o se mantienen dentro de la misma.

Según afirmó el Primer Ministro, David Cameron, la votación se llevará a cabo el próximo 23 de junio. Quienes emitirán sufragio en algunos meses serán los habitantes de las naciones que componen Gran Bretaña (Inglaterra, Irlanda del Norte, Gales y Escocia). Desde el oficialismo han llamado a manifestarse a favor de la continuidad dentro del bloque.

"Estamos frente a una de las decisiones más importantes de nuestra vida. Gran Bretaña será más fuerte, segura y más própspera en el seno de una Unión Europea reformada", sostiene Cameron sobre las intenciones de su partido político.

Uno de los puntos que los euroescépticos sostienen que será decisivo, es el futuro económico de la región. Según ellos su país no tiene por que perder millones a raíz del mal desempeño económico de otras naciones como Grecia, España o Italia.

"El próximo 23 de junio será una ocasión única; debemos luchar para recuperar el control de nuestro país. Las negociaciones entre Cameron y Bruselas no valen el tiempo gastado. Nosotros perdemos 55 millones de libras diarias estando en la Unión Europea y ni siquiera nos ayudan a controlar la inmigración", sostiene Nigel Farage, líder del Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP).

Si bien el Primer Ministro británico fue quien lanzó el referéndum para satisfacer las necesidades de las minorías antieuropeístas, esta estrategia puede ser un duro golpe para él y su carrera política. En caso de que la población de las islas vote en su contra, esto denotaría que el poder construído durante sus años de gestión está llegando a su fin. De hecho desde UKIP sostienen que si la mayoría de los ciudadanos deciden dejar de pertenecer al bloque, no dejarán que sea Cameron quién realice las negociaciones para alejarse de la Unión Europea.

Si bien restan cuatro meses para que se lleve adelante la votación, los primeros números arrojados por el instituto Factmint, sostienen que el 39% de los encuestados quiere dejar la Unión Europea, el 36% prefiere quedarse, mientras que el 25% restante se abstendría de decidir. Serán meses turbulentos, en los que Cameron deberá trabajar en la unidad de su pueblo para con el resto del continente, si no quiere perder poder dentro de su gobierno.